En el estuche se encontraba una multitud de rotuladores, bolígrafos, gomas y otros objetos diversos. Perdido entre todos ellos se hallaba un víejo, pequeño y gastado lápiz. El lapiz llevaba más de un año en el estuche y por eso
estaba viejo, pequeño y gastado. ¡Ah! y seguro que os prenguntareis por qué sé yo que el lápiz había estado más de un año en el estuche. Pues os lo boi a contar. Fue el lápiz el que me lo dijo. El lápiz hablaba y entonces me contaba cosas como esta. También me contaba que le trataban mal. por ejemplo: El niño que tenía este lápiz, lo tiraba en el cole por la ventana y le hacía pasar malos momentos. Bueno, y con todo esto, os quiero decir, que, los lapices no se utilizan para jugar, si no que se utilizan para aprender a escribir. Y gracias a escribir también podemos aprender a leer.
estaba viejo, pequeño y gastado. ¡Ah! y seguro que os prenguntareis por qué sé yo que el lápiz había estado más de un año en el estuche. Pues os lo boi a contar. Fue el lápiz el que me lo dijo. El lápiz hablaba y entonces me contaba cosas como esta. También me contaba que le trataban mal. por ejemplo: El niño que tenía este lápiz, lo tiraba en el cole por la ventana y le hacía pasar malos momentos. Bueno, y con todo esto, os quiero decir, que, los lapices no se utilizan para jugar, si no que se utilizan para aprender a escribir. Y gracias a escribir también podemos aprender a leer.
